22/4/09

VIVIR AHORA

Oímos mucho hoy en día sobre el vivir en el ahora, se le considera una habilidad mística o algo por el estilo, cuando en realidad es una práctica que te aleja de la preocupación, de la presión y del miedo, vivir en el momento presente sin encerrarte en la visión de túnel de las metas por cumplir y los objetivos a obtener, te permite vivir más atento a lo que sucede a tu alrededor y que en realidad son los mensajes sincrónicos que pueden guiar tu vida a nuevas alturas.
Acometer cada día lleno de esperanza pero sin expectativas es una manera de vivir en el ahora, liberarte de las obligaciones impuestas por tu necesidad de generar resultados inmediatos, hacer lo que el día te pide sin ir más allá de ello con la mente, disfrutar y vivir plenamente lo que te traiga, tanto bueno como aparentemente negativo, porque todo forma parte de la existencia, todo desde el punto de vista de una visión elevada tiene un propósito, un propósito que en toda circunstancia, así no lo parezca, es positivo, enriquecedor y una herramienta de evolución y progreso.
Ver la vida desde esta perspectiva te alivia, yo lo creo firmemente, al liberar la actividad diaria de presiones te liberas a ti mismo, la existencia se aligera, la carga se alivia y fluyes libremente con el tiempo sin otra meta que vivir lo que la vida te ofrece, esto no significa que abandones tus objetivos o que te conviertas en un soñador sin piso, todo lo contrario, una intención manifestada con fe y confianza en el orden divino que rige el universo es un mandato, lo que convierte esas metas y objetivos en una camisa de fuerza para tu energía es tu deseo de controlar lo que sucede y de manejar la vida a tu antojo, la vida sólo puede ser manejada cuando se simplifica a tal grado que ya no puedes ver en ella sino lo que tú has concebido, conviertes el milagro de la existencia en un libreto particular que no permite la manifestación de la enorme diversidad que existe afuera de tus limites y eso es justamente lo que haces: te limitas, te encierras en tus creencias y no ves nada más, renuncias al privilegio de gozar y disfrutar lo que la vida te ofrece a cada paso, no tu vida sino la mágica vida que se desenvuelve afuera de tus barreras, la existencia plena de milagros y sorpresas que sólo estarán disponibles para ti si abres los ojos y miras.
He descubierto que sentir la obligación de cumplir con ciertos requisitos diarios de actividad, de logros o tareas, limita al máximo mi creatividad, me encierra en unos parámetros que me roban el disfrute del caos de la existencia, termino el día con la certeza de haber tachado todas las tareas de la agenda pero sin la sensación del deber cumplido, porque mi deber era otro, en mi afán por cumplir me olvide de apreciar y disfrutar lo que este día me trajo y camine ciega, sorda e insensible por las horas que se me regalaron, sin embargo cuando acometo el día con apertura, sin un horario, simplemente dejándome llevar por cada instante con la mirada asombrada ante cada uno de ellos, al llegar la noche me siento muy feliz, viví mi día como debería ser: abierta, sensible, asombrada, expectante y dichosa, mi día fue mucho más productivo en términos de creatividad, aprendizaje, relaciones, disfrute y oportunidades, porque lo viví atenta, porque recibí los mensajes de la naturaleza, de las personas con las que hablé, de los libros o artículos que leí, porque me dejé guiar y recorrí confiada el camino perfecto que la vida había trazado para mí en esta jornada.
Lo que si me queda claro es que hice lo que la vida me pidió sin intentar controlar nada en absoluto, me solté, me disolví con la existencia y viviendo deposité mis intenciones en ese océano infinito de posibilidades que sólo la alegría de existir puede activar en mi favor.

2/4/09

SIMPLIFICA

La vida es un paseo ¿por qué te complicas tanto? ¡Simplifica! Es tan fácil vivir cuando dejas atrás los apegos y las expectativas que te condenan a esperar siempre un mejor momento, el único propósito de la vida así te cueste aceptarlo es vivirla, no hay nada más que tengas que hacer, no hay obligaciones ni requisitos que debas cumplir para vivir plenamente.
Simplifica en lo material, llenarte de cosas es también llenarte de obligaciones, mientras más poseas más tendrás para guardar, cuidar, reparar y asegurar, la posesión de los objetos no asegura el disfrute de ellos, hay una enorme diferencia entre el tener y el gozar, en este mundo abundante hay infinidad de cosas que puedes usar y disfrutar sin necesidad de comprarlas.
Haz una limpieza en tu casa y lugar de trabajo: regala, vende o bota todo aquello que no hayas usado en un plazo de un año, seguramente nunca los volverás a usar, deja ir esos objetos para alguien que si los necesite, las cosas adquieren valor real con el uso, lo que guardas es energía congelada que impide que nuevas cosas lleguen a ti.
Simplifica tu trabajo, define lo urgente y lo importante y desecha todas actividad que no te acerque a tu propósito, aprende a delegar, a soltar, deja de creerte indispensable, no te ates a tu eficiencia, regálate intervalos de descanso, tomate un café y disfrútalo, si alguien que quieres te llama deja lo que estás haciendo y atiéndelo con cariño, si no puedes ser libre para administrar tu tiempo a tu antojo puedes estar ganando mucho dinero pero seguirás siendo un esclavo de ti mismo y de tus exigencias.
Simplifica tu vida social, comparte sólo con las personas que te agraden y te aporten algo como persona, no aceptes ir a donde no quieres o invitar a quien no te agrada sólo por compromiso o por conveniencia, dale prioridad al fortalecimiento de tus lazos familiares y de amistad, valora tu tiempo libre y dedícalo a actividades que te diviertan y te enriquezcan.
Simplifica tus relaciones, deja a un lado tantas exigencias y requisitos para convivir con los demás, acepta a cada cual con sus fortalezas y debilidades, no impongas tu criterio, no critiques o intentes cambiar a los que te rodean, si quieres ayudar simplemente regala tu amor y comprensión, todos caminamos el mismo sendero pero a un paso diferente y con una visión muy personal, en esa diversidad es que radica la belleza de la vida, cada persona es un aspecto del todo, tiene su aroma particular y su aporte especifico a la totalidad, si pretendes que los demás sean el reflejo de tus exigencias te estarás perdiendo la magia de la vida que se manifiesta en miles de millones de seres únicos en su esencia que llegan a tu vida para mostrarte distintos aspectos de la realidad.
Simplifica tus fuentes de información, lee, escucha e investiga sólo aquellos temas afines a tus intereses profesionales, intelectuales o espirituales, no te llenes de información inútil, si puedes evitarlo no veas noticieros, no escuches tragedias, aléjate de toda conversación negativa, filtra muy bien lo que llegue a ti porque ello influirá de manera importante en tus pensamientos y creencias acerca de la realidad, llénate de información alentadora, que te llene de fe, de poder, de fortaleza, de alegría y de esperanza.
Simplifica tu espiritualidad y enriquécela, de nada sirven los ritos y oraciones si no te conoces a ti mismo, de nada sirve rogar por una solución a tus problemas si no reconoces que la causa de ellos es tu percepción de la realidad, la única manera de conocerte es observarte, comenzar a buscar la causa de todos tus problemas en su origen que está en tus pensamientos, en tus creencias, en tu particular manera de interpretar la realidad, sólo podrás asumir plenamente tu responsabilidad observando de manera constante los pensamientos que tienes, las palabras que dices, la manera como reaccionas ante las circunstancias.
La mejor oración es vivir alegre y agradecido, simplifica tus creencias a la certeza de que Dios está en ti y tú en Él, busca en la soledad y el silencio un espacio para sentir Su presencia, búscalo en todas las personas, en las cosas y en cada instante porque allí es donde Él se manifiesta
Simplifica tu vida y vívela con todo tu ser, viaja ligero de equipaje, disfruta la jornada, acepta y ama lo que eres, se tu mismo, sigue tu corazón, goza tus sueños, trabaja por lo que quieres, vive, simplemente vive, porque la vida está en cada paso sin importar a donde te lleve.