31/3/09

CONCENTRATE, ASOMBRATE, DISFRUTA

Bien dice Facundo Cabral: “no estás deprimido, estás distraído” ahora yo te digo concéntrate… en ti y en la vida que fluye por tu cuerpo, en las sensaciones que te brindan tus cinco sentidos y que por andar distraído no aprecias.
Si observaras, si tocaras, si escucharas, si saborearas y olieras cada segundo de tu existencia con plena consciencia de todo lo que te rodea, te asombrarías de lo mucho que te has perdido por andar embelesado en la algarabía de tus pensamientos, encontrarías un especial deleite en cada melodía, un nuevo sabor en cada bocado, un aroma increíble en el café de la mañana que tomas apurado por salir corriendo para seguir corriendo durante todo el día, habitas en el siguiente momento, siempre ausente de lo que experimentas con el cuerpo, viviendo con la mente un espejismo que no te deja sensación alguna ni te brinda el éxtasis de la experiencia.
Tómate un instante cada mañana al despertar, ¡estás vivo! Qué maravilloso regalo tienes ante ti, un nuevo día, veinticuatro horas para experimentar todo lo que ese tiempo te ofrece, no lo desperdicies, aprecia, concéntrate en cada segundo porque cada uno de ellos te trae el regalo de la experiencia, al bañarte piensa en el agua que cae por tu cuerpo limpiándolo, relajándolo, despertándolo de su letargo, ve más allá y analiza todo ese complejo proceso que hace posible que el agua fluya en tu baño sólo con girar una llave, aprécialo, cada comodidad de la cual disfrutas es el resultado de años de evolución y progreso a tu servicio.
Asómbrate con los sonidos, aromas y colores de tu entorno, con el sabor y la textura de los alimentos, con los cientos de rostros que ves a diario sin que ninguno sea igual a otro, todo esta diversidad forma parte de la vida, no sólo los planes, las metas y el trabajo, no simplemente aquello que genera alguna ganancia material, todo sin excepción es un regalo del universo para que lo disfrutes y la única forma de hacerlo es concentrarte en ello, observarlo, sentirlo, agradecerlo y apreciarlo.
Comenzarás a tener entonces instantes fugaces de éxtasis, de asombro y de infinita alegría, disfrutarás en cada momento todo lo que te ofrece y te llenarás del gozo de vivir sólo con prestarle atención a la vida, no serán momentos extraordinarios por su trascendencia, pero en lo más sencillo y cotidiano descubrirás con asombro el inmenso placer que puedes regalarte sólo con concentrarte con todos tus sentidos despiertos en lo que estás experimentando.
O acaso no es éxtasis cuando al final del día te metes en tu cama y sientes como todo tu cuerpo se relaja y se estira agradeciendo el descanso, la sensación de las sabanas limpias, de la almohada mullida, del calor que poco a poco te envuelve llevándote suavemente al sueño profundo que repara tus fuerzas y te prepara para una nueva jornada en este maravilloso viaje por la existencia.
Permite que la vida te sorprenda y préstale tu cuerpo para hacerlo, préstale tu presencia y tu consciencia, concéntrate, asómbrate y disfruta el maravilloso privilegio de estar vivo.

18/3/09

¿FUERZA O FORTALEZA?

Dos términos en apariencia semejantes pero opuestos en esencia: quien ejerce la fuerza para acceder al poder renuncia a su fortaleza, en la sociedad actual la serenidad, la paz, el perdón y la no agresión se consideran símbolos evidentes de debilidad, ¿no será al contrario?
El poder no necesita de alardes para manifestarse, esta característica se puede observar claramente en la naturaleza, los animales más poderosos son a la vez los más tranquilos, en cambio los débiles esconden su miedo detrás de gestos amenazantes, un perro de gran tamaño es sereno y apacible, un perro pequeño siempre está ladrando y enseñando sus dientes para intimidar a aquellos a los que teme.
Esas mismas actitudes se pueden observar en los humanos, aquellos que son conscientes de su fortaleza actúan sin ansiedad ni violencia, la agresión no forma parte de sus prioridades y por esta misma razón jamás se sienten agredidos, su poder reside en su interior y se manifiesta en su vida, no es que sean ingenuos y lleguen a permitir con su actitud pacífica el abuso, simplemente no le siguen el juego a aquellos que pretenden intimidarlos o controlarlos por la fuerza.
Otros en cambio permanecen en un estado de ataque y defensa constantes, agreden a los demás porque les temen, han creído que quien hace daño controla la situación, que si alguien no responde a sus ataques es un cobarde o les teme, esto les da una sensación de poder que conjura temporalmente el miedo que sienten, son personas inseguras que se atacan en los demás, que usan la estrategia de la ofensa, que creen ganar una batalla causando dolor a los que los rodean sin entender que su táctica se vuelve finalmente en su contra.
No hay fortaleza más autentica que la serenidad, no hay poder más grande en el universo que el del amor, no hay debilidad en el perdón sino una sabiduría que comprende la complejidad del ser humano y la acepta, la fortaleza es silenciosa y pacífica, la fuerza es altanera y agresiva, quien es consciente de su fortaleza es capaz de perdonar sin un reproche y de comenzar de nuevo sin rencores, quien recurre a la fuerza negará el perdón como una estrategia de control sobre el otro, volverá una y otra vez sobre el error como un arma contra su adversario.
La fortaleza es el resultado del amor por uno mismo y de un sano auto concepto, cuando ninguna actitud, ninguna palabra, ninguna ofensa puede cambiar esa visión interior del propio valor hay un empoderamiento del ser, se renuncia conscientemente a la aprobación de los demás, la seguridad se basa en el autoconocimiento y no en disminuir a otro para engrandecerse.
La fuerza en cambio genera rivales, siempre estará compitiendo, intentando demostrar su fuerza por medio de la agresión, del abandono, de la crítica, del silencio, del reproche y del ataque indiscriminado contra todo aquel que parezca amenazar su auto imagen o le haga sentir vulnerable, una auto imagen que siempre estará en riesgo porque sus bases son tan débiles como la fuerza con la que pretende defenderla.
La fortaleza es el amor por uno mismo que se irradia hacia los demás y se brinda sin límites; la fuerza en cambio es una súplica velada por ser amado y aceptado, es el miedo al rechazo que se expresa por medio de la agresión y el conflicto
La fortaleza escucha, la fuerza discute, la fortaleza saca lo mejor de los demás, la fuerza desprecia y critica, la fortaleza es comprensión y perdón, la fuerza es rencor y venganza, la fortaleza empodera al otro, la fuerza lo hace dependiente, la fortaleza permite enfrentar los desafíos sin luchar contra ellos, la fuerza se enfrasca en una lucha sin sentido que genera resistencia y prolonga el sufrimiento.
Recurre a tu fortaleza, busca en ti y en lo que eres, tu poder no se basa en ser mejor que los demás ni en disminuirlos para sentirte más fuerte, tu mayor fortaleza es amarte y aceptarte como eres, amar y aceptar a los demás y a la realidad, sólo así dejarás de luchar contra ti mismo, contra las personas y las circunstancias que te rodean, entrarás en un espacio de aceptación que te dejará como fruto la paz y la serenidad, la actitud de un ser poderoso que sabe que vale por ser quien es, que posee todo el potencial en sí mismo para desarrollarse y crecer sin luchas inútiles por adquirir un lugar en el mundo que ya le corresponde.
Quien es consciente de su fortaleza abraza, sonríe y alienta, no teme expresar sus sentimientos porque son auténticos y no dependen de la reacción de los demás, no le interesa tener la razón o ganar en las discusiones, observa en silencio y en paz la frenética lucha que se libra en el mundo por el poder y sonríe, sabe que el único poder válido es el que ejerce sobre sus pensamientos, palabras y acciones para que la fuerza de sus reacciones no sabotee la fortaleza de sus decisiones.
No cometas el error de confundir bondad con debilidad, de asumir el silencio ante tus ofensas como una victoria o la nobleza ante tus ataques como sumisión, lo más probable es que te encuentres ante alguien mucho más sabio y poderoso que tu, su amor por ti es tan grande que evitará a toda costa recibir tu ofensa, será invulnerable a tus intentos de dañarlo y ante tu insistencia en atacarlo finalmente se alejará para conservar su afecto por ti y preservar la armonía en su existencia.