30/1/10

GRATITUD

La gratitud es la clave de la abundancia, es un estado de gracia y de dicha, cuando agradeces todo aquello que llega a ti, abres la puerta para más y más bendiciones en tu vida, te alineas con el amor y mantienes abierta la llave que conecta a la fuente eterna e ilimitada de Dios.
Cuando estás agradecido, vibras en una frecuencia muy alta, expresas gozo y satisfacción por lo que tienes y eres y entras en un estado receptivo, la gratitud es la forma más perfecta de oración, de comunión con tu Creador que es tu fuente ilimitada de bendiciones, paz, salud, vida y provisión.
Una manera de darte cuenta de lo mucho que tienes para agradecer es permanecer consciente, atento a lo que te rodea, a la infinidad de bendiciones que recibes a diario y que te olvidas de apreciar y disfrutar, agradece cada mañana por seguir vivo y lleno de salud, fuerza, vitalidad y entusiasmo.
Agradece el canto de los pájaros, aprécialo y escúchalo, fue dispuesto para tu placer, agradece por el aire, el sol de la mañana, la lluvia, la luna y las estrellas, por las oportunidades de crearte a ti mismo cada día, por la música, los colores, el arte, la sonrisa, por el llanto y la risa, por cada lagrima, por tener la capacidad de sentir y expresar lo que sientes, por la diversidad de sabores, olores, formas y colores que existen en la naturaleza para que tu, sin pagar por ello, los disfrutes.
Agradece por tu familia material y espiritual, por los amigos, por todas y cada una de las personas que se cruzan contigo cada día, agradece su presencia irradiando paz, regalando sonrisas, evitando el conflicto, aceptándolas como son y dando de ti lo mejor.
Agradece los placeres gratuitos que se te regalan cada día apreciándolos, no los ignores, no camines ciego y sordo a la belleza que te rodea, a la multitud de estímulos que se ofrecen a tus sentidos, no te olvides de usar el privilegio de tener un cuerpo que siente y vibra con todo lo que contiene la naturaleza y el mundo.
Agradece la vida viviéndola plenamente, y vivir también incluye una cierta cantidad de eventos y circunstancias que a primera vista juzgas como desagradables, agradece también por ellos, forman parte de tu ruta, son los obstáculos que necesitas para enderezar el rumbo y alinearte con tu plan de vida, tarde o temprano lograrás comprender que esa gratitud también era justa y necesaria.
Agradece tus dones usándolos, tus talentos expresándolos y el amor amando, regálate la dicha de estar agradecido porque es la mayor expresión de gozo por ser lo que eres y por estar donde estás, ese es tu lugar, cada instante que has vivido te ha traído a este momento, ha hecho de ti lo que eres, tu fortaleza, crecimiento y habilidades son el resultado de tus experiencias, así que cada instante es una oportunidad única para dar las gracias por la maravillosa bendición de estar vivo.
Esa gratitud no se expresa con palabras, es una actitud, un estado permanente de gozo, de alegría y armonía, es vivir plenamente, sin desperdiciar el momento presente por quedarte anclado en el pasado o corriendo sin pausa detrás del futuro.
La mejor forma de agradecer a Dios por su amor y por su especial cuidado de tu vida es que seas plenamente feliz y tengas la capacidad de disfrutar de cada momento con todo lo que tiene para ti como regalo, porque esa es Su Voluntad para ti y unirte a ella es verdadero agradecimiento.

29/1/10

FLUIR


Fluir es experimentar la serena sensación de un andar ligero y libre de preocupaciones, ver como todo se confabula para hacer de tu existencia un camino despejado de obstáculos y pleno de promesas.
Fluyes libremente con la corriente de la vida si aceptas que formas parte de ella y que es insensato oponerte a su transcurrir, sueltas todos tus apegos y le das una amorosa bienvenida a lo que llega y un agradecido adiós a lo que se va, si caminas confiado sabiendo que cada paso te acerca a la meta y lo disfrutas sin juzgar el recorrido.
Sabes que tu intención ha sido aceptada por el universo, que todo lo que suceda es parte de un plan grandioso para proveerte las oportunidades perfectas para el logro y tocas todas las puertas sabiendo que sólo se abrirán aquellas que te conduzcan a tu realización.
Al fin entiendes que tu recorrido no es en solitario, que alguien camina a tu lado sabiendo en todo momento lo que te hará feliz, porque tu felicidad es luz para el mundo y todo lo que Dios desea es que te conviertas en la mano que toque a los demás con tu propia dicha.
Empeñarte en perseguir lo que sólo espera tu aceptación es lo que convierte tu vida en un recorrido lento y penoso, resistirte es lo que te hace luchar a cada paso para obtener los dones que tu mismo te has negado, así te condenas al miedo, al dolor y a la insatisfacción.
Lo que tu deseas es lo mismo que Dios desea para ti, no es un asunto de forma sino de contenido, no puedes reducir Su voluntad a una serie de exigencias y encasillarla en tu limitada mentalidad, sólo ves modelos de vida que parecen ofrecerte la felicidad y formas que pretenden contenerla, cuando alguno de estos espejismos te parece aceptable lo adoptas como objetivo y lo persigues obsesivamente, entonces dejas de fluir y te aferras a un solo curso creyendo que en él se encuentra lo que buscas.
Te conviertes en un ser limitado, indeciso ante las múltiples alternativas del mundo, te dedicas a idear estrategias que puedan acercarte a lo que te has propuesto, pones en las manos de Dios tus objetivos pero te niegas a aceptar sus soluciones creyendo que las tuyas son más acertadas, Él, que respeta tu voluntad, se hace a un lado y te permite experimentar tus elecciones, no interfiere pues el objetivo es que tengas la experiencia que has creado, esto sólo retrasa tu camino, crees tomar un atajo y agilizar el desenlace pero lo único que logras es apartarte de la perfecta solución que su sabiduría ya había preparado para ti.
El pensamiento de Dios forma parte de ti y puedes recurrir a él en cualquier circunstancia, el primer paso es aceptar que esto es cierto, formas parte de la totalidad, hay maneras divinas para entregarte lo que deseas si tus caprichos no interfieren, eres libre de elegir y nadie te juzgará por ello, nadar contra la corriente no significa que no llegues a tu destino, tal vez lo hagas, pero lentamente y con mayor esfuerzo.
Tu mente te dice que si no luchas lo suficiente no lograrás lo que te propones, para Dios no hay luchas, esfuerzos, ni competencias, en Él todo es perfección y fluidez, en su certeza tu vida transcurre alegre y tranquila, te sientes protegido y caminas seguro, expresas tu voluntad, te sueltas y cumples tu tarea en su plan: tu andar tranquilo y confiado, tu actitud alegre y pacifica y tu sereno fluir con la existencia, llevaran a los que te rodean un testimonio de la paz infinita que se experimenta al permitir que tu voluntad se perfeccione en la Suya.

28/1/10

EGO

El espíritu ya es perfecto así que la razón por la cual estás aquí es tu ego, él es el objetivo de tu crecimiento, en él es que se enfoca todo el trabajo que viniste a hacer, las experiencias que él te proporciona están ahí por una razón, el aprendizaje consiste en encontrar la manera más equilibrada para afrontarlas, ir paso a paso formando ese ego para que se haga conciente cada vez más de que él no es el jefe, que hay una sabiduría mayor y un propósito superior para su existencia.
Él es tu conexión con la tierra y con tus hermanos, él es quien hace el trabajo “sucio”, el que sufre y se complica, el que se defiende y ataca, es tu aspecto débil y necesitado pero no está condenado a serlo hasta que mueras, ahí es donde entra a jugar su papel lo que Eres realmente, en ti se encuentra el equilibrio necesario para convertir a ese ego en un aliado de tu liberación.
Tal vez suene complicado y tal vez lo sea, todo depende de la forma como lo percibas, es un asunto de conciencia, si solo eres conciente de tu aspecto egótico seguirás alimentando una imagen distorsionada de ti mismo y estarás desequilibrado, el ego te controlará a su antojo, se adjudicará todo poder en tu vida y te llevará por una senda de sufrimiento y lucha permanentes.
Si en cambio eres conciente de tu dualidad, buscaras el equilibrio del ego con el espíritu, accederás al poder de tu conciencia superior que sabe a ciencia cierta, aunque a veces no lo recuerde, quien es el jefe,
La vida se descomplica, dejas de darle tanta importancia a las exigencias de tu ego y comienzas a comprender que lo que él desea no lo es todo, pones un pie en la tierra y el otro en el cielo y te equilibras, el ego siempre estará presente mientras estés acá, pero ya no podrá controlarte como lo hacía antes, tratará de confundirte, te exigirá más que antes y tal vez se convierta en un personaje activo de tu nuevo enfoque espiritual.
Si, el contacto con tu espíritu, el poder que surge de la conexión con la fuente, puede convertirse en un estimulo adicional para tu ego, en esa etapa él asumirá tu divinidad como propia y se ufanará de ella, se engrandecerá con tu fortaleza e intentará lograr que esa nueva conciencia se convierta en un atributo más de tu personalidad.
La clave es darse cuenta de cómo actúa el ego y como actúa el amor, que es realmente el elemento que logrará equilibrarlo, el amor es humilde, el ego es vanidoso y ruidoso; el amor no busca seguidores ni discípulos, simplemente atrae, el ego tratará de ufanarse de su nueva condición y se valdrá de ella para sentirse superior; el amor no puede contenerse, se da libremente pues esa es su naturaleza, el ego intentará ponerle condiciones a ese amor y exigirá algo a cambio: sacrificios, renuncias, halagos y el amor de los demás como pago por el suyo.
El ego es como un niño que debe ser educado, debe permanecer bajo tu control y tutela permanente, ese es el trabajo por hacer, préstale atención en todo momento, no se trata de reprimirlo sino de encauzarlo, en principio esa atención te revelará todos tus miedos, pondrá de manifiesto los aspectos que más valoras de ese ego y por lo tanto los que más defiendes, tu papel de observador de tu persona te mostrará claramente esos aspectos en los cuales debes trabajar para superarlos e ir avanzando en tu propio descubrimiento.
Ves entonces que, como todo en la dualidad, el ego puede ser o bien el enemigo de tu paz o bien el aliado de tu crecimiento e iluminación, todo depende, como siempre, de tu sagrada elección.



26/1/10

DAR

Para tenerlo todo tienes que darlo todo, esto parece complicado, inaceptable e incomprensible, pero en el nivel espiritual no solo es totalmente posible, sino completamente indispensable.
Solo puedes tener paz dando paz, no debes esperar a que sean otros los que creen el ambiente de paz que anhelas, la paz procede de ti plena y abundante para compartirla en todo momento, solo de esta forma la puedes conservar y brindar a los demás.
Si tus resultados no te brindan una sensación de absoluta paz es porque has elegido erradamente, optaste por el ataque y la defensa y has entrado en un conflicto sin proponértelo, entonces la paz se aleja de ti sin remedio.
Das de lo que tienes en abundancia y retienes lo que consideras escaso, lo que das demuestra lo que tienes y también la confianza en que no puedes perderlo por entregarlo, esto es mucho más fácil de hacer con lo más valioso: la paz, la alegría, el amor, el perdón.
El mejor regalo que puedes hacerle a alguien es mirarlo con los ojos del amor y reconocer en él tu propia perfección, así adquiere sentido el hecho de que dar es recibir, sólo dando aceptación te aceptas a ti mismo, sólo dando alegría te alegras, sólo brindando paz estás en paz. Lo mismo sucede en sentido contrario, si atacas te sientes atacado, si criticas te criticas a ti mismo, si juzgas tus juicios te juzgarán a ti primero.
Lo que das es lo que conservas, con lo material sucede lo mismo, si das libremente de lo que tienes es porque consideras que tienes suficiente y que al dar no pierdes, aunque es más complicado porque las cosas generan apego, en este sentido somos egoístas pues aprendimos que para tener algo debemos esforzarnos, esta idea es la raíz de la envidia y de la lucha.
Un breve instante de iluminación bastará para que sientas la poderosa ayuda de la cual dispones y cobres conciencia del poder de tu voluntad unida a la de Dios, entonces comprenderás que puedes dar todo lo que quieras porque todo te pertenece, que no hay nada a lo cual aferrarse porque nada es tuyo y a la vez todo lo tienes.
Trata de aplicarlo en las cosas que tienes en abundancia y que no tienen precio, comienza por entregar sin medida pensamientos amorosos, palabras de aliento, sonrisas conciliadoras, abrazos estimulantes, dicha, plenitud, confianza y vitalidad.
Todo aquello que sientas que te hará falta al darlo es algo en lo cual has depositado tu confianza creyendo que puede engrandecerte, símbolos en los cuales cimientas tu seguridad y tu importancia, ¿cómo darlos si son el resultado de tu esfuerzo? Has dedicado tu vida a coleccionar cosas, has enfrentado al mundo por tu tesoro y has pagado un alto precio por él, ¿cómo renunciar a poseerlo?
Comparte tu riqueza, la que no te duele compartir porque no te ha costado nada, derrocha generosidad con estos dones que se te dieron para que los compartieras y que volverán a ti multiplicados por la gratitud de aquellos que los reciben, entonces comprenderás que solo aquello que aumenta cuando lo das es tu verdadero tesoro, pues en lugar de esclavizarte te libera.

25/1/10

CASTIGO

Las leyes del mundo dicen que toda falta, por leve que sea, merece un castigo, así nos hemos convertido en castigadores por excelencia, nada queda impune, hasta la ofensa involuntaria debe ser limpiada con el dolor de quien la infligió.
¿De donde surge esta necesidad compulsiva de castigar a los demás? De la incapacidad de reconocer tu responsabilidad en lo sucedido, ser ofendido no depende del ofensor sino de quien se ofende, solo tú puedes permitir que se te haga daño, percibir de los demás un ataque es una decisión del perceptor, después de aceptar el ataque necesitas tener un culpable para poder castigarte en él.
Nos castigamos mutuamente todo el tiempo, una serie de reacciones generadoras de culpa y remordimiento, hacemos sacrificios por los demás para terminar cobrando por ellos, no damos sin esperar algo a cambio.
Aceptas gustoso el ataque porque te da la excusa perfecta para atacar, generar culpa y tomar un control momentáneo o permanente sobre tu ofensor, el drama forma parte fundamental de este circulo de error, ofensa, culpa y castigo.
Y de este concepto fundamental de convivencia es que surgen todos los males que aquejan a nuestro mundo: la violencia, la guerra, la venganza, el rencor, los círculos viciosos de ofensa – castigo que jamás terminan, porque siempre habrá alguien que se sienta vulnerado por los demás y busque consumar su venganza y castigar al agresor.
¿Puede el dolor del otro aliviar el tuyo? Castigar es herir en defensa propia, causarle dolor a quien consideras culpable por haberte hecho daño, suena absurdo pero cuando ves que el otro sufre por lo que te hizo y se siente culpable, tu dolor se calma, si no lo hace por su propia cuenta te encargas de restregarle tu sufrimiento o buscas la manera de herirlo, activas todo tu armamento, lo acosas, esculcas en sus heridas, lo que sea con tal de que sufra y con ello pague tu dolor.
Si no reaccionas estás aceptando la ofensa, estás vulnerando la imagen de ti mismo ante los demás, ¿cómo no defenderte? ¿Cómo no pelear por tener la razón? ¿Cómo dejar en manos ajenas tu auto concepto? Claudicar, renunciar, ceder, transigir, conciliar, perdonar, ignorar el error; todos estos son términos desconocidos en una sociedad conflictiva.
El fundamento y el fin último de las leyes y la moral es el castigo, tu vida se rige por normas que no surgen de una conciencia de responsabilidad contigo mismo y con los demás, sino de las consecuencias en términos de castigo o recompensa.
Esta mentalidad te mantiene atado de forma permanente a tus errores, hay una parte de tu mente que está convencida de que todo error debe ser castigado y aunque quede oculto en la oscuridad de tu conciencia, te encargas de castigarte por él, la culpa es el resultado de pensar que aún no has recibido tu merecido, que aún tienes una deuda por pagar y que algún día te será cobrada.
Cualquier error cometido saldrá a la luz algún día, en esta vida o después de la muerte, tal es el mecanismo de la culpa, jamás te librarás del castigo que mereces y por eso vas por la vida lleno de temor, haciendo un recuento continuo de tus errores para concluir que todo lo que te pasa es el justo castigo por tus actos.
Esto es lo que hace meritorio el sufrimiento, cuando sufres purgas tus “pecados” y disminuyes el castigo, la culpa menoscaba tu capacidad para aceptar bendiciones, pues no crees merecerlas, fue lo que aprendiste de tus padres, de tus maestros, de tus guías religiosos, de tus parejas y amigos: todo en esta vida se paga y tu vives esperando el momento en el cual se te cobre la deuda.

20/1/10

ABUNDANCIA

La abundancia es un estado de total aceptación, no la puedes medir en dinero, posesiones o logros, sólo en dicha y gozo, puedes sentirla ya porque es un estado del ahora, lo que ahora eres y tienes es abundancia, tu mente te dice que aun no ha llegado, que algo te falta, que no es suficiente, entonces condicionas tu abundancia a lo que vas a tener, ser o hacer en un futuro, algo intangible, que no puedes percibir, lo único que puedes disfrutar, valorar y medir es el ahora, el presente, lo que ya es y no lo que fue o lo que será.
Entonces definir la abundancia se convierte en un asunto muy sencillo, significa valorar cada segundo, disfrutarlo, sentirlo, expresarlo y agradecerlo, porque lo que será no existe y lo que fue tampoco, tan solo cuenta lo que es, un eterno presente donde ya lo eres todo y lo tienes todo.
No puedes saber si lo que esperas llegará, tampoco si lo que ayer perdiste volverá, la única certeza es lo que ya es, lo que está ahí y es real, ¿cuantas veces ignoras lo que ya tienes y te concentras en planear e imaginar lo que serías o harías si estuvieras en tal o cual circunstancia?
Los sueños son validos, los deseos, las metas y los propósitos igual, pero son indicadores del camino, la vida es ahora, lo que disfrutas y vives es ahora, el resto son ilusiones, escapes, distracciones que te impiden vivir la vida plenamente consciente de lo que eres, de lo que tienes, de lo importante que es lo que ahora haces.
¿No puedes verlo ahora? Claro que no puedes, las cosas que te suceden forman parte de un plan Divino que apoya tu voluntad y la hace Suya, sus medios son incomprensibles para ti, la meta es la que tú decides pero los caminos para llegar a ella son variados, confusos y misteriosos.
La abundancia, entonces, no es un estado sino una percepción, según percibas tus asuntos así serán, si vives pensando en lo que va a pasar, en lo que ya pasó, en lo que no se realizó, en lo que se podrá realizar, olvidas lo que está ahí, disponible, abierto a bendecirte, generoso y pleno, adecuado, total y magnifico para este ahora que ignoras por perseguir en una carrera inaudita el futuro, por recordar en un sueño melancólico el pasado, por aferrarte y apegarte a lo que crees que debe ser, rechazando lo que la Mente universal ha preparado, para darte de manera perfecta lo que tu has soñado.
La abundancia es, en resumen, todo aquello que ya eres, que ya tienes, que ya disfrutas y, lo más importante, que valoras y agradeces como pasos esenciales en tu camino.
Si quieres experimentar la abundancia, se consciente, vive presente, completamente alerta a cada segundo, con los sentidos, la mente y el alma en cada cosa que hagas, en cada bocado, en cada abrazo, en cada instante de tu vida ; la mejor manera de agradecer y honrar lo que te ha sido dado es disfrutándolo, sueña con muchas ganas, elige lo que quieres, porque si es un deseo sincero, dictado por tu corazón y no por el mundo y sus exigencias, entonces es la voz de tu alma recordándote la razón por la cual estás aquí y brindándote el impulso que necesitas para seguir el camino que debes recorrer.
Abundancia es recorrer con alegría el camino trazado con tanto amor y sabiduría para ti, siendo consciente de cada paso, mirando el paisaje que te rodea, apreciando los seres que te acompañan, disfrutando los bienes materiales que te son dados; a cada paso tienes lo que necesitas, compartes con quien debes, aprendes lo que precisas y vives un pedazo de tu existencia en el momento que debe ser: el ahora.

ALEGRÍA

El mejor canto de alabanza y la máxima expresión de gratitud, sé alegre en todo momento y llenarás tu vida de bendiciones, deja atrás el drama de tu existencia, mira con calma a tu alrededor y date cuenta de la gran cantidad de motivos para ser feliz, observa tu Ser interior y verás que él en esencia es feliz, es tu mente la que te niega la dicha de vivir, la que reacciona a las circunstancias usando actitudes y sentimientos aprendidos y fabricados a través de la experiencia.
Crea una nueva alegría para ti, cuida tus reacciones, disfruta lo que eres y lo que tienes, no necesitas de nada más para experimentar la vida que deseas, se feliz honestamente, no como quien representa un papel sino de manera autentica, cuando practicas la alegría como si fuera un ritual, estás atrayendo a tu vida más de la verdadera esencia de Dios.
Te imaginas un Dios serio, ceremonioso y formal, si fuera así el mundo sería uniforme, monótono y simple, no existirían tan divertidas combinaciones de colores y formas en la naturaleza; la algarabía del mundo, la vitalidad de los jóvenes, la picardía de un niño, los gritos y risas que acompañan sus juegos, son las verdaderas expresiones de Dios, Él se regocija en tu alegría y jamás en tu pena o en tu dolor.
Dios te creó alegre, feliz y pleno, porque así contagias alegría y Él sueña con un mundo feliz y una humanidad agradecida por el milagro de la vida, diviértete con el juego de la existencia, no importa en que posición estés, ni cual sea tu rol en él, disfrútalo, juega a ganar si lo deseas, pero hazlo con alegría, comparte con los otros jugadores, no es una competencia, es un reto en el cual todos perseguimos el mismo objetivo sin importar quien lo haga primero o mejor.
Es como armar un rompecabezas, hay que recomponer las partes para encontrar lo que tu Eres, estás separado en muchas piezas y mientras no te permitas jugar con alegría esas piezas no encajarán, la alegría, que también es gratitud, es la pieza principal de este juego, sin ella como guía estarás agregando a la mesa otros fragmentos que no forman parte de la figura: drama, temor, tristeza, frustración, competencia, dolor y sufrimiento; une tus piezas, el modelo está en ti, en esa Voz interior que te susurra palabras de aliento, que pone una “inoportuna” sonrisa en tu cara que afecta la imagen que proyectas al mundo para defenderte.