El ataque es el detonador de tus emociones y reacciones, así no lo notes puedes estar viviendo en un estado de defensa permanente, creer que los actos, palabras y actitudes de los demás son planeados para hacerte daño, criticarte, menospreciarte o fastidiarte.
Una forma de saber si es así es analizándote a ti mismo, ¿cuantas veces has recibido una reacción de defensa de alguien y te quedas asombrado?, no tenías la menor intención de atacar o criticar, sin embargo esa persona reaccionó como si le hubieras hecho un ataque premeditado.
Eres tu quien te atacas, juzgas y condenas, luego de hacerlo estás atento a las palabras y actitudes de los demás para encontrar en ellas señales que confirmen tu opinión y refuercen tu juicio y condena sobre ti mismo, y te aseguro una cosa: las encontrarás, porque el que busca encuentra.
Te sientes atacado porque tu mismo te atacas, te juzgas y te criticas muy duramente, porque emites juicios todo el tiempo acerca de todo y de todos, no puedes parar de calificar: bueno, malo; bello, feo; adecuado, inadecuado; fino, corriente; decente, vulgar; ocupas un gran porcentaje de tu mente y de tu tiempo juzgando, etiquetando y calificando, comenzando por ti mismo, te das duro, te culpas, te enojas, encuentras en los demás lo que piensas acerca de ti, te atacas por medio de ellos sin que siquiera lo sepan y luego los culpas, reaccionas y haces un drama, te defiendes y creas un problema, asumes tu papel de victima, victimario o defensor y te metes en el conflicto sin que sea necesario hacerlo.
El primer paso para salirte del conflicto es dejar de juzgarte y dejar de juzgar, los hechos son, eres tu quien los calificas, es tu percepción la que le da un significado a cada momento, se firme en tu pensar, en tu hablar y en tu actuar, sé consecuente con lo que decidas acerca de ti y de tu vida, no te defiendas, simplemente haz lo que creas, di lo que piensas, piensa lo que deseas y siéntete orgulloso por ser capaz de tomar tus propias riendas y vivir la vida a tu antojo, independizarte de la opinión ajena, de la imagen, del prestigio y de las exigencias del mundo, crea tus propias reglas y atente a ellas.
Vive tus decisiones con firmeza, así te digan que van contra la lógica, así te critiquen no lo hagas tu, camina confiado porque lo que tu eliges para ti es lo que tu crees que es lo mejor, lo que te hace sentir pleno y ser feliz; por encima de toda consideración sé leal y nunca te traiciones a ti mismo.