La abundancia es un estado de total aceptación, no la puedes medir en dinero, posesiones o logros, sólo en dicha y gozo, puedes sentirla ya porque es un estado del ahora, lo que ahora eres y tienes es abundancia, tu mente te dice que aun no ha llegado, que algo te falta, que no es suficiente, entonces condicionas tu abundancia a lo que vas a tener, ser o hacer en un futuro, algo intangible, que no puedes percibir, lo único que puedes disfrutar, valorar y medir es el ahora, el presente, lo que ya es y no lo que fue o lo que será.
Entonces definir la abundancia se convierte en un asunto muy sencillo, significa valorar cada segundo, disfrutarlo, sentirlo, expresarlo y agradecerlo, porque lo que será no existe y lo que fue tampoco, tan solo cuenta lo que es, un eterno presente donde ya lo eres todo y lo tienes todo.
No puedes saber si lo que esperas llegará, tampoco si lo que ayer perdiste volverá, la única certeza es lo que ya es, lo que está ahí y es real, ¿cuantas veces ignoras lo que ya tienes y te concentras en planear e imaginar lo que serías o harías si estuvieras en tal o cual circunstancia?
Los sueños son validos, los deseos, las metas y los propósitos igual, pero son indicadores del camino, la vida es ahora, lo que disfrutas y vives es ahora, el resto son ilusiones, escapes, distracciones que te impiden vivir la vida plenamente consciente de lo que eres, de lo que tienes, de lo importante que es lo que ahora haces.
¿No puedes verlo ahora? Claro que no puedes, las cosas que te suceden forman parte de un plan Divino que apoya tu voluntad y la hace Suya, sus medios son incomprensibles para ti, la meta es la que tú decides pero los caminos para llegar a ella son variados, confusos y misteriosos.
La abundancia, entonces, no es un estado sino una percepción, según percibas tus asuntos así serán, si vives pensando en lo que va a pasar, en lo que ya pasó, en lo que no se realizó, en lo que se podrá realizar, olvidas lo que está ahí, disponible, abierto a bendecirte, generoso y pleno, adecuado, total y magnifico para este ahora que ignoras por perseguir en una carrera inaudita el futuro, por recordar en un sueño melancólico el pasado, por aferrarte y apegarte a lo que crees que debe ser, rechazando lo que la Mente universal ha preparado, para darte de manera perfecta lo que tu has soñado.
La abundancia es, en resumen, todo aquello que ya eres, que ya tienes, que ya disfrutas y, lo más importante, que valoras y agradeces como pasos esenciales en tu camino.
Si quieres experimentar la abundancia, se consciente, vive presente, completamente alerta a cada segundo, con los sentidos, la mente y el alma en cada cosa que hagas, en cada bocado, en cada abrazo, en cada instante de tu vida ; la mejor manera de agradecer y honrar lo que te ha sido dado es disfrutándolo, sueña con muchas ganas, elige lo que quieres, porque si es un deseo sincero, dictado por tu corazón y no por el mundo y sus exigencias, entonces es la voz de tu alma recordándote la razón por la cual estás aquí y brindándote el impulso que necesitas para seguir el camino que debes recorrer.
Abundancia es recorrer con alegría el camino trazado con tanto amor y sabiduría para ti, siendo consciente de cada paso, mirando el paisaje que te rodea, apreciando los seres que te acompañan, disfrutando los bienes materiales que te son dados; a cada paso tienes lo que necesitas, compartes con quien debes, aprendes lo que precisas y vives un pedazo de tu existencia en el momento que debe ser: el ahora.
Entonces definir la abundancia se convierte en un asunto muy sencillo, significa valorar cada segundo, disfrutarlo, sentirlo, expresarlo y agradecerlo, porque lo que será no existe y lo que fue tampoco, tan solo cuenta lo que es, un eterno presente donde ya lo eres todo y lo tienes todo.
No puedes saber si lo que esperas llegará, tampoco si lo que ayer perdiste volverá, la única certeza es lo que ya es, lo que está ahí y es real, ¿cuantas veces ignoras lo que ya tienes y te concentras en planear e imaginar lo que serías o harías si estuvieras en tal o cual circunstancia?
Los sueños son validos, los deseos, las metas y los propósitos igual, pero son indicadores del camino, la vida es ahora, lo que disfrutas y vives es ahora, el resto son ilusiones, escapes, distracciones que te impiden vivir la vida plenamente consciente de lo que eres, de lo que tienes, de lo importante que es lo que ahora haces.
¿No puedes verlo ahora? Claro que no puedes, las cosas que te suceden forman parte de un plan Divino que apoya tu voluntad y la hace Suya, sus medios son incomprensibles para ti, la meta es la que tú decides pero los caminos para llegar a ella son variados, confusos y misteriosos.
La abundancia, entonces, no es un estado sino una percepción, según percibas tus asuntos así serán, si vives pensando en lo que va a pasar, en lo que ya pasó, en lo que no se realizó, en lo que se podrá realizar, olvidas lo que está ahí, disponible, abierto a bendecirte, generoso y pleno, adecuado, total y magnifico para este ahora que ignoras por perseguir en una carrera inaudita el futuro, por recordar en un sueño melancólico el pasado, por aferrarte y apegarte a lo que crees que debe ser, rechazando lo que la Mente universal ha preparado, para darte de manera perfecta lo que tu has soñado.
La abundancia es, en resumen, todo aquello que ya eres, que ya tienes, que ya disfrutas y, lo más importante, que valoras y agradeces como pasos esenciales en tu camino.
Si quieres experimentar la abundancia, se consciente, vive presente, completamente alerta a cada segundo, con los sentidos, la mente y el alma en cada cosa que hagas, en cada bocado, en cada abrazo, en cada instante de tu vida ; la mejor manera de agradecer y honrar lo que te ha sido dado es disfrutándolo, sueña con muchas ganas, elige lo que quieres, porque si es un deseo sincero, dictado por tu corazón y no por el mundo y sus exigencias, entonces es la voz de tu alma recordándote la razón por la cual estás aquí y brindándote el impulso que necesitas para seguir el camino que debes recorrer.
Abundancia es recorrer con alegría el camino trazado con tanto amor y sabiduría para ti, siendo consciente de cada paso, mirando el paisaje que te rodea, apreciando los seres que te acompañan, disfrutando los bienes materiales que te son dados; a cada paso tienes lo que necesitas, compartes con quien debes, aprendes lo que precisas y vives un pedazo de tu existencia en el momento que debe ser: el ahora.
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