1/2/10

HABLAR

Que tu hablar sea pausado, tranquilo y conciliador, la palabra es una maravillosa herramienta no solo de comunicación sino de creación, ten cuidado con lo que salé de tu boca porque es muy poderoso.
Al hablar tienes la oportunidad de sanar, consolar y llenar de aliento pero también puedes destruir, dañar, enfermar y herir, creas tu mundo con palabras pues ellas son la expresión de lo que piensas, crees, temes y deseas.
Si tus palabras expresan enfermedad, eso tendrás, si hablan de cosas tristes y negativas, eso tendrás, si atacas con ellas, te atacarán, pero si tu hablar es alegre y optimista, si tus palabras irradian energía y las usas para bendecir, serán el mejor testigo de tu paz interior.
Habla de cosas hermosas, de prosperidad, de armonía, de temas agradables y gratificantes, usa sabiamente este privilegio que hace posible que te expreses, cuida lo que sale de ti porque será lo mismo que regrese, pon música en tu voz, luz en tus palabras y sabiduría en sus mensajes.
Alienta a los demás a ser mejores cada día, resalta sus aciertos e ignora sus errores, acaricia a tus hermanos con tu hablar, llena el lugar donde te encuentres con la preciosa energía de una palabra amorosa, no uses este don maravilloso como un arma para herir sino como un bálsamo para curar.
Cuida lo que dices porque el sonido de tus palabras tiene poder de creación, no emitas juicios apresurados acerca de ti, de tus circunstancias o de los demás, no hay palabra ociosa y esto reviste una gran responsabilidad, eres el responsable de todo lo que te sucede y gran parte de ello depende de lo que dices, así que no subestimes su poder.
Evita decretar cosas que no deseas, tus palabras son ordenes concretas al universo y su contenido es literal, si te quejas de tu situación lo que harás será reafirmarla, si hablas de escasez, pobreza, deudas, enfermedad y tragedias, las atraerás hacia ti, las estás pidiendo y eso obtendrás.
Toda situación desagradable puede ser neutralizada al mencionar su opuesto, así en lugar de hablar de cuantas deudas tienes, decreta abundancia y da por sentado que ya no existen, ignóralas y concéntrate en la situación que puede solucionar el problema, así mismo con la enfermedad, la soledad, las relaciones conflictivas o cualquier cosa que no quieras en tu vida.
Une el poder de tu pensamiento a la vibración de las palabras, decreta con convicción lo que deseas y no hables de lo que no deseas, hablar de ello le confiere realidad y reafirma su presencia.
Presta atención a todo lo que digas porque, de una u otra forma, cada palabra que pronuncies tiene el poder para afectar tu vida y la de los demás.

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