15/3/10

CONTROLAR

Hay dos tipos de control, el que pretendes ejercer sobre lo externo y el que puedes ejercer sobre ti mismo.

No es igual, el primero te llena de insatisfacción, te mantiene en un estado permanente de ataque y defensa, te ata al conflicto y al sufrimiento, nada afuera de ti puede ser controlado, nada ni nadie que no seas tu mismo puede ser puesto bajo tu control.

Lo sabes y sin embargo te empeñas en seguir con tu inútil lucha, forzar las soluciones y los desenlaces, educar a los demás para que vivan y actúen como tu deseas, acomodar el mundo a tus expectativas, todo hacia fuera, todo el esfuerzo proyectado a cambiar, modificar, mejorar o alterar lo que no depende de ti.

En esta lucha inútil te olvidas del único esfuerzo que rinde verdaderos frutos: esfuérzate por ser feliz, no me refiero a conseguir cosas que te den seguridad sino a alcanzar el estado del ser que te brinde felicidad duradera.

Ese esfuerzo por ser feliz se fundamenta en el control sobre ti mismo, el único posible, todo intento sobre algo más que eso es además de inútil desgastante, el primer paso es controlar tu obsesión por controlarlo todo, el primero y tal vez el único porque cuando renuncias al control alcanzas la paz.

Haz el intento, primero que todo permite que los demás sean como son, es en esa diversidad de caracteres que radica el encanto de las relaciones, si todos fueran el reflejo de lo que tu esperas no cumplirías con el objetivo principal al relacionarte con ellos, que es justamente experimentar todas las facetas del ser en los demás, cada persona es una maravillosa y única composición, cada cual expresa un aspecto diferente del todo del cual forma parte, esa variedad de tonos conforman la melodía de la vida, si todos tocaran su canción en la misma nota que tu, la música sería aburrida y simple.

Lo mismo sucede con las experiencias, si fueran predecibles y ajustadas a un programa, la vida perdería su encanto, si todo sucediera de acuerdo a tus planes ¿dónde quedaría la aventura de vivir? Lo que hace la existencia fascinante es el caos de vivirla, la libertad radica simplemente en afrontar la existencia con la actitud que elijas y no en reconciliarla con tus deseos.

Controlar es anular en todo el sentido de la palabra, limitar y condicionar, negarte la libertad de experimentar lo desconocido y aprender de ello, acepta lo que es diferente a ti pues en esa diferencia es que puedes encontrar tu particularidad, para ser único tienes que ser distinto, las mejores experiencias son siempre las más inesperadas, los mejores logros son aquellos que aparecen de la nada cuando menos los esperas, la existencia es más hermosa si la vives como un juego de azar, un enorme tablero en el cual te mueves, cada decisión es un lance de dados, ahora pierdes, luego ganas, avanzas y retrocedes en un permanente flujo de posibilidades, un azar aparente porque todo en este juego tiene un propósito.

Lo único que puedes controlar, como jugador, es la manera de jugar: renegar o divertirte, pelear con los demás jugadores o disfrutar su compañía, jugar honestamente o hacer trampa, tu pones las reglas, defines las estrategias, asumes la actitud que quieras y juegas, eso es todo lo que puedes controlar, lo demás no depende de ti.

Diana Rodriguez Angulo

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